
Ni todo lo que se piensa se siente o viceversa … Normalmente creemos que es imposible hacerlo separadamente. Aprender a sentir sin más, o pensar sin añadirle un sentimiento puede facilitar tremendamente a escoger lo que (sin llegar a extremos) queremos y no queremos en nuestras vidas. Al menos en este momento…
Normalmente solemos equivocarnos cuando razonamos demasiado, quien no ha dicho: «lo sabía y no se porqué no lo hice…».
No es un «lo sabía» cualquiera desde la razón. No solemos escucharnos y queremos racionalizar todo, encontrar explicación a todo. Hay quien lo llama intuición.. También podemos llamarlo sensación, o sentimiento. Tampoco estoy «pensando» que hay que tomar actitudes sin meditar y estudiar a fondo. Sin embargo en determinados casos, es un mecanismo traicionero.
Tanto los pensamientos como los sentimientos condicionan las emociones y son éstas responsables importantes de nuestro bienestar mental y físico. Alteran el ritmo cardíaco y respiratorio, la presión arterial, el sistema endocrino y el sistema inmunológico, entre otros. Ya podemos leer especialistas que condicionan la salud física con la emocional más de lo que la medicina tradicional planteaba hasta hace poco.
No, los sentimientos no se razonan, ni los positivos, ni los negativos. Puedes hacer que alguien se sienta mejor con tus palabras… Sin embargo cuando algo lo sientes como maravilloso nadie puede convencerte de lo contrario y el sentimiento de dolor es idéntico. Aunque en ocasiones el dolor se pueda aliviar llegando a su raíz, y transformarlo en otro sentimiento, en las que otras opiniones pueden ayudar a cambiar lo que sientes.
Un sentimiento se puede cambiar por otro, por medio de un razonamiento realmente no. De ello saben muy bien quien lo ha padecido. De hecho las fases del duelo se basa en este proceso, muy útil para quien ha perdido a un ser querido, en las que el sentimiento máximo de dolor emocional se va sustituyendo por otro relativamente menos doloroso, y así hasta llegar a la aceptación.
Otro ejemplo de cómo el sentimiento y el pensamiento van por distintos caminos es el amor. No existe justificación alguna, podemos intentarlo.. El amor por los hijos, o el amor por nuestra pareja… Que si es guapo/a, que si es simpático/a, que si es inteligente…etc. Sin embargo siempre hay alguien más guapo, simpático y todos los etc… Y nadie puede convencerte de que estas loco/a de enamorarte de ésta u otra persona. Es irracional, todos lo sabemos, es un sentimiento y punto. Aunque la ciencia intente dar explicaciones lógicas a este sentimiento..
Es la relación entre el pensamiento y el sentimiento que permite por otro lado que se produzca la persuasión, en su versión negativa sería la manipulación. Al intentar razonar éste o aquel sentimiento… Se busca generar una emoción, y con ello una actitud.
Sin embargo, si no estamos preparados para la separación entre sentimiento, pensamiento y emoción, a la hora de tomar actitudes o reaccionar frente a estas, puede entrar en juego la manipulación, la dependencia emocional, los juegos de poder y la limitación de la libertad. Se pierde muchísima energía, se debilita nuestro organismo y nos deja a merced de quien conoce nuestros puntos emocionales más débiles, normalmente las personas más queridas o con las que estamos más identificadas.
Dejarnos a merced…, ¿cómo es posible?. Provocando reacciones, positivas o negativas.
Si todas fueran positivas el mundo sería distinto. Lo malo es que normalmente es negativa, suele ser más sencillo obtener «algo» de alguien a través de emociones negativas que positivas, paradójicamente así lo cree mayoría. En el extremo positivo está la seducción, (y no me refiero a la seducción amorosa), en el extremo negativo está la violencia, verbal o física. Que fácil es provocar la ira en alguien que conocemos bien, ¿verdad?. Y cómo es de efectiva una amenaza…. Parece ser que seducir es más complicado que ser agresivo…
Provocar reacciones en los demás se aprende desde niños, hay quien se convierten en verdaderos expertos desde la más corta edad… Sabe que tal actitud o palabras en determinados momentos provocarán una reacción asegurada de los demás, normalmente de quien más quieren. No sabe amar sin tener controlado al ser amado. Hay quien la inseguridad del olvido, del rechazo, los celos o simplemente por obtener lo que desea, emplea este tipo de manipulaciones ya sea consciente o inconscientemente
Con la práctica perfeccionan la técnica y llegan a ser maestros cuando llegan a la adolescencia. Pero no es el arte de la manipulación o del juego de control que más me sorprende, es cómo los padres caen una y otra vez en sus juegos de poder, y pierden…
Pierden, entre otras razones, porque también los adultos juegan constantemente… Al fin y al cabo, se desconocen entre ellos y lo que realmente son, llevan jugando toda la vida, y quien es cada uno en esencia, se esconde tras un juego de control interminable… Unos asumen el rol de hijos, otros de padres, (sirve para cualquier tipo de relación) y las personas que son en el fondo se confunde, se nubla, creciendo y evolucionando sin conciencia de quienes son realmente. ¿Son lo que sienten o lo por el contrario son lo que quieren demostrar u obtener de los demás? ¿Dónde esta el límite entre lo que son y el papel que interpretan?
La energía entre los jugadores finalmente se consume, y provoca tal agotamiento que al final sólo queda irritación, nerviosismo e interminables discusiones y peleas que normalmente abarcan, pasado, presente y futuro, y no suelen resolver nada. Pues realmente no son ellos los que tienen el conflicto, son los roles que cada uno desempeña, su ego, vacío y sin contenido cuyo objetivo único es ganar a cualquier precio.
El ataque suele llegar cuando uno de los jugadores siente que el otro está en paz, feliz, o necesita del cariño del otro. Cuando se baja la guardia suelen suceder los enfrentamientos, parece como si la paz y la felicidad de los demás fuese incómoda, y en vez de ser compartida es preferible ser eliminada.
Los momentos de tregua, aparecen cuando uno de los jugadores pierde o cree que ha vencido, por el momento, está claro.
Quien ha tenido un maestro manipulador en casa, puede que lo tenga más sencillo a la hora de no relacionarse con ellos. Convivir con quien te desconoce constantemente hace apreciar lo importante que es tener personas auténticas al lado y la única manera de tenerlas, es siendo autentico también.
Es un camino más complicado, no gustarle a todo el mundo y tan sólo a unos pocos. Encontrar personas auténticas que no representan un papel, o no buscan ni quieren nada específico de ti… Que difícil es!! Sin embargo, qué placer cuando los encuentras, cuando los caminos se cruzan y puedes sentir la paz y tranquilidad de ser uno mismo, compartir y ser aceptado tal cual.
Y lo tenemos cada uno de nosotros aquí cerquita, en casa, en la familia, en los amigos, en los amores, incluso en quien tropezamos por casualidad en cualquier momento… Pero siempre que sepamos sentir sin pensar, y ser nosotros mismos sin excusas, sin justificaciones, sin juegos y sin querer controlar a quien amamos.
PD: Es posible que en mi visión sobre el tema pueda haber expresado alguna barbaridad desde mi desconocimiento. Aquí tan sólo hay reflexiones, por lo que aprecio y considero necesarias anotaciones a ellas, y para quien se decida a comentar, mis agradecimientos. Compartiendo ideas mejoramos lo que nos rodea.

Javier
agosto 26, 2013Una primera conclusión, si las personas fueran auténticas las relaciones serían perfectas, el problema está en que desgraciadamente pocas son las que se muestran tal cual son.
Complicado lo de la separación entre sentimientos y pensamientos ya que normalmente uno lleva al otro y pienso que suele ser por inseguridad personal y esa inseguridad pueda venir provocada bien por que la persona sea así o bien por los vaivenes que la vida nos hace sufrir, como se suele decir en lenguaje coloquial cuantos mas palos te dan mas te cubres.
Sea como fuere la reflexión es interesante per se, un post que lleva a imbuirse a la persona en su yo interior y pensar en las diferentes relaciones que sobrelleva para intentar mejorarlas si cabe.
Muchas gracias, por hacernos meditar una vez más.
Fernando
agosto 26, 2013«PD: Es posible que en mi visión sobre el tema…». Los temas, Lola. De tu dialogo interno, del que tu sola sabes las claves, no se distinguen los sentimientos de los deseos. Tampoco el amor de los amores. Cada plano de convivencia tiene sus reglas y sus servidumbres. El discernimiento y la priorización de los intereses es ineludible. ¿Quienes son los auténticos?, ¿cómo detectarlos sin ser uno de ellos?. Quién soy yo?. ¿Haber sufrido me capacita para entender, ser mejor, juzgar…?. De una en una, o de uno en uno; mezclados no. O si.
mariavsellan
agosto 26, 2013Lo ideal sería el justo equilibrio entre sentimiento y razonamiento. Sin embargo, hay quienes se dejan llevar por sus impulsos y sentimientos y hay quien es profundamente reflexivo ante sus actos. Todos, impulsivos y reflexivos sufren alguna vez después de tomar alguna decisión, porque ni reflexionar, ni dejarse llevar por la intuición asegura el acierto.
Yo
septiembre 6, 2013Ese inestable y quimérico equilibrio entre emociones, pensamientos y sentimientos, tan estudiado por la ciencia desde los tiempos más remotos ( recordemos los cuatro humores ya descritos por Hippocrates ) hasta la más modernas teorías sobre sinapsis y neurotransmisores, que, sin embargo, no han podido de sintetizar molécula
alguna capaz de alterar o modificar estos modelos de comportamiento.
Digo yo, que » algo debe tener el agua cuando la bendicen»
Ausländerina
septiembre 9, 2013Pues la verdad es que últimamente he estado luchando por separar sentimientos y pensamientos, y aunque casi, casi, casi llego a auto-convencerme, muy en el fondo sé lo que hay, aunque me cuesta aceptarlo y me niego… ahhh…