
Anoche soñé que te perdí.
Anoche empapada en sudor y aturdida sentí la angustia de no volverte a ver.
Peor aún, sentí que dejabas de existir.
No me explico semejante dolor, tan intenso.
Sabía que si tú no existes tampoco debo, ni puedo existir yo.
Al igual que sé, que cada día vivo, porque también te doy la vida a ti.
Anoche sentí dolor, y no solamente en el corazón.
Cada célula de mi cuerpo sintió tu falta, sudaba y temblaba, se estremecía.
La cabeza estallaba, el corazón latía loco sin freno.
La respiración me abandonaba y sentí ganas, y sentí, no poder continuar sin ti.
Sentí el dolor mayor que puede sentir una mujer, que es perder ese cachito de mi.
A todas las madres que tienen que sobrevivir con este sentimiento el resto de sus vidas.

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