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La información y los jóvenes. El interés por la información

Posted on 5 6 Minutos 437 Lecturas

El conocimiento de las actitudes y percepciones de la juventud respecto a las noticias es un elemento fundamental puesto que condiciona su consumo informativo. En este sentido, un aspecto importante es el grado de interés hacia la información expresado por los jóvenes. Los resultados del estudio de la Universidad de Castellón muestran que éstos conceden una puntuación media de 7,51, en una escala de 0 a 10, a esta cuestión (tabla A).

Por lo tanto, podemos deducir que las bajas cifras de consumo de noticias entre el público joven, particularmente en lo referente a la lectura de diarios, no están relacionadas con una apatía hacia la información. Todo lo contrario, los jóvenes tienen un elevado apetito por las noticias. El hecho de que les presten menos atención no se debe a la indiferencia, si no a que no quedan satisfechos con la manera cómo se les presenta la información, especialmente en los medios convencionales (Costera, 2007; Túñez, 2009; Huang, 2009; Raeymaeckers, 2002).

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Tabla A: Grado de interés por la información, escala de 1-10. Fuente: Casero-Ripollés (Más allá de los diarios: el consumo de noticias en los jóvenes en la era digital).

 

A todas estas cuestiones se añade la transformación que han sufrido los medios con la llegada de Internet y las redes sociales, que ofrecen nuevas dimensiones comunicativas en cuanto al tratamiento de la juventud, a las que los profesionales de la comunicación tendrán que adaptarse. En ese sentido, los medios tradicionales, asumen que, deberán alejarse paulatinamente de los patrones comunicativos unidireccionales, y tratar de buscar nuevas propuestas que generen vínculos emocionales más horizontales y participativos.

En parte, este factor explicaría que los jóvenes se orienten hacia otros soportes, como las redes sociales, para obtener la información y que hayan abandonado, en gran medida, a la prensa. Los diarios, al no adecuar su oferta a los intereses y necesidades de los lectores jóvenes, están viendo cómo éstos dejan de considerarlos una fuente prioritaria de información.

 

Estudios previos, análisis del consumo de información en los jóvenes

Los patrones de consumo de la información se encuentra en un proceso de cambio. La digitalización de contenidos y los hábitos de acceso de los usuarios crean un nuevo paradigma para los medios de comunicación hasta no hace mucho únicos en la transmisión de las noticias y la actualidad. Se han visto alterados tanto los sistemas de producción, distribución y modelos de negocio informativos como la forma en la que tomamos conocimiento de lo que sucede en nuestro entorno. Se trata de que los medios de comunicación ofrezcan el mismo servicio a un público que conoce la actualidad en el momento en que se produce el acontecimiento y los productos informativos ya no tienen la exclusiva de la novedad y la primicia.

Para comprender lo que representan las nuevas tecnologías en el campo informativo, es necesario conocer de la forma mas exacta posible al público al que se dirigen los medios. Por ello conocer los jóvenes (nativos digitales) y sus nuevos hábitos, formas de relacionarse y acceder a la información ofrecen la posibilidad de comprender hacia donde se dirige este campo y predecir la demanda.

Si siempre ha sido esencial conocer los hábitos de consumo de información de públicos objetivo, ahora, lo es mucho más, para determinar cuáles son las herramientas que emplean pues proliferan los medios, y las redes sociales lo son, a través de los cuales las ‘audiencias’ pueden recibir información.

Los últimos datos estadísticos indican que la juventud española pierde el interés por los periódicos, , que tiene uno de los índices de lectura más bajos de la UE: en 2009 sólo el 5,4% de los lectores españoles de diarios tienen entre 14 y 19 años, cuando en 2000 representaba el 7,9%. En España, según estudios de la OJD, la difusión de ejemplares de 85 por cada mil habitantes, Estas cifras indican varias posibilidades, una cifra muy baja teniendo en cuenta que la UNESCO estipula como media para un país desarrollado los cien ejemplares por cada mil habitantes.

Desde AEDE y otras organizaciones se debaten las razones del declive, los hábitos de lectura, la búsqueda de información a través de otros canales alternativos en la web, la falta de atractivo de los contenidos, e incluso falta de adaptación del lenguaje periodístico a la juventud.

 

Datos investigación de Reuters Institute Digital News Report 2014

Según estudio realizado por YouGov, para el Reuters Institute for the Study of Journalism de la Universidad de Oxford, en colaboración con otras organizaciones como la Universidad de Navarra, el 43% de los usuarios de Internet de entre 16 y 24 años consideran a Twitter, Facebook y otras redes sociales similares fuentes esenciales de información (Tabla B).

Entre los usuarios más jóvenes, sólo un 33% de los que se informan en Internet y que tienen entre 18 y 24 años visita directamente los sitios web y las aplicaciones de los medios, mientras que un 36% las encuentra a través de Twitter. En esta franja de edad, las redes sociales (62%) están a punto de desbancar a la televisión (65%) como principal fuente informativa; de hecho, ya superan a los sitios web y a las aplicaciones de los medios en seis puntos porcentuales.

Un 45% de estos usuarios jóvenes se informa principalmente a través del móvil (y un 8% adicional en la tableta), frente al 44% que lo hace sobre todo a través del ordenador. Además, los usuarios con edad entre 18 y 24 años son los que ven más probable pagar en el futuro por noticias en internet (28%), junto con la franja de edad inmediatamente superior.

La lectura de sitios web y aplicaciones de periódicos es nueve puntos porcentuales inferior en la franja de 18 a 24 años (42%) que en la de 25 a 34 años (51%). La radio duplica su seguimiento como medio informativo a partir de los 25 años (20% o más), frente al escaso 11% de los adultos menores de 25.

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Tabla B: Top de Redes Sociales a nivel mundial frecuentadas para el acceso a noticias. Fuente: Reuters, 2014.

 

Cabe destacar de este informe que los jóvenes y las mujeres son grandes consumidores de noticias llamadas “raras” (englobando a las curiosas, divertidas y extrañas). Respecto a las noticias en video, según el estudio, no tienen el ascenso esperado en audiencias. Los jóvenes encuestados a este respecto opinan que tardan demasiado en descargarse y abandonan la noticia por este motivo.

Datos Estudio General de Medios

Según los datos del Estudio General de Medios (EGM), en el resumen octubre 2013 a mayo 2014, la franja de usuarios de los jóvenes entre 14 y 19 años acceden a la información en internet por encima de la media de los encuestados: 86,1,%, en el caso de los jóvenes entre 20 y 24 años y el 86,3% entre la población de 14 a 19 años. Esta cifra es muy cercana al consumo televisivo que se encuentra en el 84,4 % y 83%, respectivamente.

Respecto al consumo de prensa y revistas, en la franja de menores de 19 años el 21,9% se declara consumidor de diarios, el 8,8% de suplementos y un 45,4% de revistas. Para los mayores de 19 años hasta los 24, las cifras de consumo en diarios es un 26,1%, suplementos el 9,2% y de revistas un 47,3%.

Puede observarse como entre los más jóvenes, como en las edades más cercanas a la mayoría de edad y sobrepasando ésta, desciende el uso de Internet, suplementos y revistas ligeramente y aumenta su interés en los diarios, aumentando su consumo desde el 4,6% al 5,1%. En proporción con el resto de la población representan:

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5 Comments
  • Antonio de la Torre
    septiembre 18, 2016

    Muchas gracias, Lola. Tengo cierto atraso de correos y ahora le tocó al tuyo. Leo y comparto. Seguro que será tan bueno como nos tienes acostumbrados a tus lectores. Un abrazo

  • Antonio De la Torre Luque
    septiembre 18, 2016

    Estando de acuerdo en el fondo de la cuestión, la falta de interés por la información escrita por parte de la juventud, iría un poco más lejos y me remontaría a lo que para mí está en el origen del problema: la educación -que ha dejado de tener su primera letra mayúscula- en todos los niveles, de los que el principal y el primero fue la universidad -que tampoco, en España, merece la mayúscula-. Se empezó cediendo ese nivel de enseñanza y comenzaron a salir promociones mal preparadas y adoctrinadas en buena parte que fueron las que recibían en guarderías, escuelas primarias y bachiller a los niños y jóvenes y ya sólo era cuestión de tiempo.
    Desapareció el concepto de esfuerzo de las aulas y la lectura supone esfuerzo al principio -no digamos después, si no se educa en ella- por lo que no sorprende que los jóvenes lean poco y menos prensa, sobre todo teniendo a mano las redes sociales, Twiter, WhatsApp, etc., en las que, además, vale todo, faltas de ortografía incluidas, y cualquiera puede decir lo que le apetezca, sin rigor, análisis ni conocimiento, las más de las veces.
    Empiezo por cuestionar la fuente que citas en el principio del artículo, la Universidad de Castellón. No por referirme a ésta en concreto, sino porque procede de esa «incontinencia universitaria» con la que llegó la izquierda a principios de los ochenta, no por su afán de culturizar y cultivar -que hubiera sido bueno y, en tal caso, se habría producido de otra forma ese desorbitado incremento de centros-, sino, como se ha visto con los años -algunos lo vimos desde el principio-, con un fin igualitarista -que no igualitario- en el que prevalecía la doctrina a la formación objetiva y de calidad. La prueba del descenso de nuestro nivel universitario es que no figura ninguna Universidad española -en este caso lo sería con mayúscula- entre las primeras ciento cincuenta mejores universidades europeas -ahora parece que se cuela una entre las doscientas, aunque no lo tengo muy claro si sus egresados salen sin saber escribir, ni casi hablar, bien en español-.
    Habría más que decir, pero aquí lo dejo, Lola.
    Comparto tu artículo.
    Feliz domingo.

    • lolacebolla
      septiembre 18, 2016

      Muchas gracias Antonio por tu comentario. Sí tienen interés por la información, al menos mayor número de los que todos imaginábamos y empleando métodos distintos a lo habitual lógicamente . Ciertamente aquí no acaba el estudio, me temo que pueden llegar datos al alcance de todos un tanto sorprendentes. El estudio es muy extenso, en la segunda parte realizó una encuesta bastante amplia y se desgrana esta información detalladamente y es la razón por la cual estoy publicándolo poco a poco (o nadie sería capaz de leerlo). Es una tesina. En primer lugar matizar que se refiere a una generación que como especificaba en la segunda entrega, no tiene más de 18 o 19 años, por tanto bastante desconocida por muchos que insisten en englobarlos en los Millenials, siendo las diferencias generacionales mayores de las imaginables. Te recomiendo leer «delimitación de la generación digital». Por otro lado la mayor parte de las fuentes (esta vez no he puesto bibliografía) proceden de Casero-Ripolles por ser uno de los mayores estudiosos y muy reconocido respecto a la información y los jóvenes, y Javier Elzo, una vida dedicada al estudio de los jóvenes desde hace generaciones y colaborador permanente de Injuve, aquí te dejo algo sobre él http://javierelzo.blogspot.com.es/p/acerca-de-mi_11.html.
      Por cierto que ya leerás en profundidad en el segundo capítulo qué opinan de los medios mainstream y como se indignan por la imagen que los medios propagan sobre ellos. Estos niños acaban de entrar en la universidad los mayores y los pequeños aún están en secundaria y primaria. Insisto, no son Millenials que tienen entre 22 a 30 y tantos años (1980-1995 aproximadamente)

      • Antonio De la Torre Luque
        septiembre 18, 2016

        Cierto que los más jóvenes, 16-25 años, quizás un poco más, están recuperando el interés por la información por una u otra vía, pero no lo es menos que es un pequeño repunte tras esa mayoría de entre 35 y 50 que la perdieron por completo. Efecto acción-reacción quizás o la teoría de los ciclos en la Historia, aunque el daño producido en las últimas tres o cuatro décadas va a costar mucho recuperarlo, pero por algo se empieza.
        Insisto, mientras no se recupere una Educación con mayúscula y se dimensionen esa cantidad de universidades absurdas creadas durante ese tiempo, el asunto es complicado. Ya sabes que es más fácil destruir que construir y llevamos más de treinta años en lo primero.

        • lolacebolla
          septiembre 18, 2016

          Así es, esa fue una de las primeras motivaciones de este estudio, comprender qué sucede para encontrar la solución a este destino inexorable al que parece que están destinadas las nuevas generaciones. Con toda la información al alcance de sus manos creo y confío que es posible enséñeles a descubrir por si mismos su criterio. Solo hay que enseñarles a usar las herramientas que tienen a su alcance